EPISODIOS DE UNA GUERRA INTERMINABLE

IMPORTANCIA DE LA LECTURA EN EL LECTOR DE JULIO VERNE


La novela se centra en el crecimiento (físico y moral) del protagonista, que pasa de la infancia al principio de la novela, a la edad adulta, que suele alcanzar, física o mentalmente, al final de la obra. La lectura es una herramienta fundamental del desarrollo de la personalidad. No solo proporciona información (instrucción), sino que forma (educa) creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración... y recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Cuando se lee se aprende, se amplían los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio. Estimula y satisface la curiosidad intelectual, despierta aficiones e intereses desarrollando la capacidad de juicio, de análisis, de espíritu crítico. En El lector... la lectura cumple varias funciones. En su entrevista con Jaime Pacios afirma la autora: “Los libros ensanchan la mirada del niño y cambian también su posición en el mundo […], le enseñan una manera distinta de distinguir a los héroes de los cobardes, a los leales y a los traidores”. Y, en los momentos cruciales y de más tensión de la trama, el protagonista remite a fragmentos de títulos célebres para poder afrontar mejor las extremas situaciones que a este se le presentan.

Hay varios tipos de obras que el niño lee. Por un lado, están las novelas de aventuras, protagonizadas por héroes que son capaces de enfrentarse a la adversidad en situaciones difíciles. Entre ellas se encuentran La isla del tesoro o Los hijos del capitán Grant. Los héroes que las protagonizan le servirán como ejemplo de vida, referentes en el momento de enfrentarse a situaciones dificultosas: "Jim Hawkins rescató la Hispañola sin la ayuda de nadie, me recordé a mí mismo cuando perdí de vista la casa cuartel. Él solo se subió al barco, se enfrentó con un par de marineros traidores, los venció (…) y si él solo hizo todo eso ¿no voy a ser capaz de llegar al cruce?"

    Nino habla de las novelas que le gusta leer y que toma prestadas de doña Elena, novelas de aventuras que, de acuerdo con esa definición, pertenecen también a un género literario conocido como Bildungsroman o «novela de aprendizaje». Se centra en el crecimiento (físico y moral) del protagonista, que pasa de la infancia al principio de la novela, a la edad adulta, que suele alcanzar, física o mentalmente, al final de la obra.
   Por lo tanto, el tema principal de ese tipo de novelas es la evolución del personaje central, que a menudo se encuentra en conflicto con el mundo exterior, sea su familia, la sociedad, etc. Fácilmente podría decirse que El lector de Julio Verne corresponde a este género, puesto que uno de los elementos principales de la trama es la evolución de Nino, un niño bajito e indeciso de 9 años que acaba convirtiéndose en alguien dispuesto a luchar por lo que cree que es correcto.
"La lectura de estos libros conduce su vida por caminos que ni él ni su familia hubiera esperado. Treinta años más tarde lo ubicamos en Granada, profesor universitario, militante clandestino con algunos años de cárcel. A la muerte de Franco se reencuentra con Pepe, un seudónimo más de los muchos que había adoptado y ambos se presentan como candidatos en elecciones libres aunque fracasan en su intento. Esta es la historia, pequeña como tantas, de los muchos que lucharon por la libertad. En el caso de Nino el deslumbramiento de la lectura y la amistad obran como concientizadores del camino a seguir y de la elección de un destino."
El muchacho descubre el libro por casualidad en casa de Pepe el Portugués (p. 112), quien dice no reconocerlo ni habérselo leído, y se lo pide prestado.
"Los hijos del capitán Grant. Era un libro gordo, encuadernado en tela roja, con una ilustración en colores pegada sobre la portada, unos niños rubios, un señor con aspecto de sabio despistado, un capitán de barco y dos marineros andando sobre el hielo con unos artilugios de hierro pegados a los zapatos, en un paisaje imposible con palmeras al fondo, una playa con gaviotas y un barco a lo lejos, ante una montaña sobre la que asomaban unos indios con plumas en la cabeza."

Los hijos del capitán Grant forma parte de la serie de «Viajes extraordinarios» de Julio Verne, y publicada en entregas entre 1865 y 1867. Se trata de una novela de aventuras, en la que los jóvenes que dan título a la obra, Roberto y María Grant, se embarcan en la búsqueda de su padre, el capitán Grant, quien ha naufragado con su barco y ha mandado un mensaje de rescate a través de una botella. Los hijos del capitán, con la ayuda de lord Glenarvan y otros personajes, navegan por el paralelo 37º sur, puesto que conocen la latitud pero no la longitud del naufragio, y así visitan América del Sur, Australia y el océano Pacífico. Durante la novela, los protagonistas descubren el lado negativo del Imperio británico y aprenden a ser críticos con su país. Es posible que Nino, de la misma forma, aprenda a ser crítico con el régimen que defiende su padre.  

También le sirve para aprender cosas nuevas sobre otras materias que desconoce y le permite ampliar sus horizontes y expectativas."Además, muchas veces, las novelas de Verne también eran el pretexto que me consentía empezar a preguntar sobre lo que no sabía, historia, geografía, física, los sextantes, los globos aerostáticos, los submarinos, las rutas de navegación, las proezas de los descubridores, las rutinas de los laboratorios, el origen asombroso, frenético y cambiante de todos aquellos científicos locos y cuerdos a la vez que acertaban al equivocarse, al cometer largas cadenas de errores que les iban aproximando poco a poco, por caminos insospechados, a los grandes hallazgos de sus vidas. Así, aquellos libros me irían llevando hacia otros libros, otros autores a quienes leería con la misma avidez, porque me descubrían mundos distintos pero igual de fascinantes, que terminaba de explorar haciendo preguntas sobre asuntos cuya existencia había ignorado siempre, a una mujer que siempre sabía cómo contestarme."
   Y una enseñanza fundamental es el conocimiento del pasado de España a través de Galdós. En cierta manera esta novela - y toda la serie- es un homenaje a este escritor. Entre la biblioteca de doña Elena se encuentran los tomos de Episodios nacionales, una colección de 46 tomos escritos por Benito Pérez Galdós y publicados entre 1873 y 1875.
  Los Episodios nacionales mezclan la realidad con la ficción para explicar los acontecimientos históricos que se sucedieron en España entre 1805 y 1880: la guerra de la Independencia española, la primera guerra carlista, la Revolución de 1868, la Primera República... Se presentan en cinco series, cada una dividida en varias novelas que siguen, más o menos, la vida de los mismos personajes. Resulta bastante sorprendente que un niño de esa edad , desde la perspectiva actual, pudiese entender y adentrarse en estos libros prácticamente sin ayuda.
Y la lectura cumple una función también fundamental: la evasión, porque permite al niño abstraerse de las enormes dificultades de un mundo terrible que le ha tocado vivir. Esos héroes de las novelas le permiten vivir muchas vidas, no exentas de dificultades, pero que demuestran que se puede salir airoso, enfrentándose a ellas:
"Yo leía relatos de naufragios y tormentas, crónicas de monstruos y cadáveres, historias de caballeros de honor intachables y mercenarios ruines, traicioneros, memorias de hombres sabios o recluidos por sus propias culpas, para soportar la calamitosa aventura de vivir en la casa cuartel de Fuensanta de Martos en 1948. Los muertos de papel son leves, su agonía breve, su memoria corta y sus nombres ajenos. Los muertos de papel nunca dejan viudas ni huérfanos que lloren más de dos líneas, por eso me gustaban aquellos libros."
"Me acostumbré a vivir como si no viviera en la casa cuartel de Fuensanta de Martos, en el mes de junio de 1948. Y sin embargo, era entonces y era allí donde yo vivía. Agazapados tras mi humilde felicidad, el tiempo y el espacio me perseguían, me acechaban, constantes, sin que me diera cuenta, esperando a la menor oportunidad para someterme, para arrinconarme en el lado del mundo que me correspondía, para quitarme la manía de soñar que yo podía elegir mi propia vida y saltar cuando me apeteciera el muro imaginario que dividía los llantos y las culpas. De todas las respuestas que he dado a todas las preguntas que me han hecho en mi vida, ninguna tan errada, tan triste como aquella."
También descubre que existe censura y que los libros no son vistos con los mismos ojos. En la casa de la maestra hay grandes clásicos de la literatura universal (Darwin, Cervantes, Rojas, las hermanas Brönte, Tolstoi, Thomas Mann, Leopoldo Alas, Bécquer, Neruda, Poe, Pérez Galdós, Ortega y Gasset, Defoe, Lope, Dante, Lorca, Dickens:" Cuatro hileras contiguas de cajas de fruta, a las que le había arrancado los tablones del fondo para apilarlas una sobre otra por su lado más largo, contenían limpios y ordenados, más libros de los que yo había podido imaginar jamás que poseyera una sola persona."
Mónica Musci afirma: "Comprende que le pueden traer algunas complicaciones, ya que estudiar historia según la versión de Pérez Galdós lo enfrenta con el maestro, que no acepta su reinterpretación de los hechos. Aunque Nino lo ignora, leer ciertos autores lo ha convertido en miembro de una comunidad interpretativa diferente, que propone criterios diferentes para juzgar cuál es buena o mala literatura, para clasificar los textos como pertenecientes a ciertos géneros y establecer sus propias jerarquías de autores, explicaciones y valoraciones. Los miembros de una comunidad lectora comparten un bagaje común de imágenes y referencias literarias apreciadas extraídas de una biblioteca imaginaria compartida y la pertenencia a ella se revela en la presencia de ciertos indicios que el aprendiz ignora poseer pero que los extraños decodifican."
Por su parte, la escritura tiene en la novela una ventaja, que los padres de Nino entienden muy bien, ser libre frente a quien nos intenta controlar. Por eso quieren que aprenda mecanografía y taquigrafía y así podrá salir de ese mundo:
"El manejo de la escritura constituye un privilegio y también un arma potente en la lucha entre un poder que busca controlar y monopolizar lo escrito y aquellos para quienes el dominio de ese ámbito significa un mejor control de su destino".
"Tú, con lo listo que eres, sabiendo escribir a máquina y poco más, puedes llegar hasta trabajar en la Diputación... Yo creo que te puede cambiar la vida. En eso llevaba razón, aunque él aún no lo sabía, y yo tampoco."

Pero incluso el saber demasiado puede ser considerado un obstáculo. Percibimos esto en la novela, cuando Nino obtiene el título y lo cuelgan escondido dentro del armario. Saber escribir es peligroso y se convierte en una habilidad clandestina para no herir sensibilidades.Curiosamente Cristino Pérez (el modelo en que se inspira la autora para crear a Nino) comentó que entre el personaje de la novela y su vida real tiene una especie de esquizofrenia y ahora no sabe quién es de los dos. Añadió que en la vida real no leía porque en aquella época no había libros en ninguna casa y que comenzó a leer cuando trasladaron a su padre a Jaén y conoció la biblioteca de la capital. Aunque su padre le decía que leer no era bueno que lo importante era estudiar.