El País |
Roy Pascal define el género como la historia de la formación de un personaje hasta el momento en que deja de centrarse en sí mismo y empieza a centrarse en la sociedad y de ese modo comienza a forjar su verdadera identidad. Para Franco Moretti el tema central del bildungsroman es el pacto o acuerdo al que debe llegar el protagonista con la sociedad.El eje estructural de la novela de formación es la construcción de una personalidad que ha de superarse en el transcurso de la narración. Un proceso iniciático buscando una nueva fase vital: el renacimiento del yo.
-el protagonista es un personaje joven, normalmente varón, que narra sus vivencias en primera persona.
- comienza su formación en conflicto con el medio en que vive. Se deja marcar por los acontecimientos y aprende de ellos. Tiene por maestro al mundo y va integrando en su carácter las experiencias por las que va pasando.
- suele terminar con un final feliz . La narración se articula en función de un viaje espiritual del protagonista y no impone a los diversos episodios una sucesión lógica. Además tiene un carácter abierto.
-Con respecto a los personajes, la novela de formación se focaliza sobre un personaje central que tiene un carácter esencialmente pasivo pues es objeto de una transformación no causada por él mismo, sino por las circunstancias en que vive. Y consigue una maduración que afecta a todas las esferas de su personalidad.
-En relación con los aspectos narrativos, el proceso de maduración es el objetivo de la narración, más importante que otros elementos como las aventuras, investigaciones, incluso que las relaciones entre personajes.
-Son evidentes los paralelismos que podríamos establecer entre las estructuras y el significado de las aventuras formativas y las del cuento folklórico o maravilloso, que parece reproducir los ritos de iniciación a los que aludíamos anteriormente: el héroe es un adolescente o un niño habitualmente en situación de indefensión que debido a alguna razón (lo que Vladimir Propp denomina carencia) ha de iniciar un viaje (que se conoce con el nombre de alejamiento) y culmina la misión que se le ha encomendado.
En El lector de Julio Verne observamos la presencia de rasgos propios de este tipo de novela. Encontramos un protagonista niño, en un momento decisivo de su vida, que narra sus experiencias en primera persona, aunque de manera retrospectiva, que vive en conflicto con el medio, que se está formando y madurando y que nos narra (desde el presente de adulto) esa experiencia en un tiempo limitado y crucial que marcará su vida...
En la obra se nos muestra una técnica narrativa de base tradicional, que podemos relacionar con la novela de aventuras (la autora la llamó así). La trama de acción proporciona suspense que evita la monótona previsibilidad de la lucha entre los guardias y el maquis al incorporar varios episodios en que los sucesos toman rumbo insólito o tienen desenlace inesperado.
UNA NOVELA DE AVENTURAS
NOVELA PSICOLOGISTA
Se muestra en la complejidad que presentan muchos personajes. Los más importantes son, por un lado, el narrador que recuerda la casa cuartel donde vivió de niño y, por otro, Pepe el Portugués, que se convierte para él en un héroe y modelo, un maestro al que admira, y que le ayudará a interpretar lo que está ocurriendo a su alrededor.
Como telón de fondo están las gentes de Fuensanta, una especie de coro de tragedia, pero en el que identificamos rasgos de entidad individual. Nos sirven como fresco para reconstruir la vida de los pueblos españoles en la posguerra.
Como telón de fondo están las gentes de Fuensanta, una especie de coro de tragedia, pero en el que identificamos rasgos de entidad individual. Nos sirven como fresco para reconstruir la vida de los pueblos españoles en la posguerra.
UNA NOVELA DE MISTERIO Y TERROR
Casi todo el mundo en la novela tiene una segunda vida, consecuencia de la guerra y no artificio literario. La autora presenta a varios de sus personajes rodeados de misterio, lo que contribuye a acaparar la atención del lector. Es lo que sucede con Pepe el Portugués, con las mujeres de la casa de las Rubias, con Elías el Regalito... Poco a poco Nino irá aclarando esos misterios, lo que contribuye al suspense de la novela.
Abundan las peripecias peligrosas, en relación con el enfrentamiento entre maquis y Guardia Civil. Hay personajes leales/traidores, tolerantes/ intolerantes, héroes/villanos. Pero también hay amor y pasión.
UNA NOVELA HISTÓRICARecoveras |
Sin despreciar los avances narrativos contemporáneos, recupera lo mejor de Galdós y de la narración realista para abordar el necesario relato de nuestra posguerra: documentación, eficacia narrativa, caracteres bien perfilados, escenas cotidianas, diálogos logrados." (Vid. TIEMPO)
Dos son las canciones que articulan el relato al comienzo de la novela: una es La vaca lechera (con esa letra ingenua que llegó a ser prohibida en los pueblos jienenses, porque la cantaban sus vecinos y sus guerrilleros en los enfrentamientos con la Benemérita):
"Los parroquianos de Cuelloduro se partían de risa mientras cantaban a dos voces la canción prohibida, aquella inocente melodía de letra tontorrona que estaba de moda en toda España, pero en la Sierra Sur era más subversiva que La Internacional.
—A ver —el tabernero carraspeaba antes de levantar las manos en el aire, para dirigir el coro desde detrás del mostrador—. A la de tres. Una, dos y tres, tengo una vaca lechera…
—Lechera —respondían los que se encargaban de la segunda voz.
—No es una vaca cualquiera…
—Cualquiera.
—Se pasea por el prado, mata moscas con el rabo, tolón, tolón —y ahí se juntaban todos—, tolón, tolón…"
La otra canción es Ahora que vamos despacio (que Nino entona cada vez más alto, mientras abraza a su hermana pequeña, para evitar que ella oiga los gritos de quienes sufren la tortura en la estancia contigua a la Casa Cuartel). Se intercalan de manera obsesiva (otra vez el contraste) la letra de la canción y las quejas de los torturados:
"Era imposible porque los calabozos no estaban lejos pero había paredes, puertas cerradas, ahora que vamos despacio, y ya no sabía lo que oía y lo que me imaginaba, vamos a contar mentiras, tralará, pero cuando empezaba a dudar de mis oídos, vamos a contar mentiras, tralará, todo volvía a empezar, vamos a contar mentiras, no me peguéis más, si yo no sé nada, por favor, por vuestra madre, no me peguéis más, por el mar corren las liebres, y por el mar corrieron, por el monte las sardinas, hasta que mi hermana se quedó dormida, pegada a mí, abrazada a mi cuerpo como un náufrago se abraza a una tabla, pero yo seguí cantando bajito la canción más larga que conocía."
EL CONTRAPUNTO
Al comienzo de la novela, percibimos el contraste entre mar y montaña, el frío y el calor, la exhuberancia floral frente a las rocas y piedra del monte, relacionados con la miseria de la alimentación en uno y otro lugar.
-las torturas a los detenidos, sus gritos y lamentos/ las canciones infantiles que el protagonista entona
- realidad/ fantasía: la lectura permite a Nino evadirse de la dura realidad que el niño tiene que vivir en su entorno, pero también le permitirá entender mejor el mundo y madurar prematuramente para interpretarlo. Los héroes de su mundo de fantasía conviven con los que admira en el mundo real.
- lo que muchos personajes aparentan no es lo que realmente son, algo que se va descubriendo a medida que avanza la novela.